Justamente cuando crees que no hay más esperanza, cuando sientes un freno o te sientes estancado o de plano cuando quieres tirar la toalla porque no hay para comprar detergente y lavarla, sucede algo inesperado. Esas sorpesas de la vida que te da y son noticias tan sorprendentes que hasta un grito de emoción solté y una sonrisa de oreja a oreja parte de la tarde. Justamente coincide esa excelente notificación a unos días de mi cumpleaños número 23, debo confesar que planes hay mil pero sin un clavo en la bolsa pues llevan a la desilusión total, sin embargo, “algo” pasó. Estaba en el momento adecuado junto a mi computadora, celular en mano y teléfono de casa a 20 cm....sin duda esa llamada cambió ese día y el resto. Aunque usted no lo crea! Como diría el presentador de aquel
programa de entretenimiento, me llamaron de la Delegación (justamente donde realcé mi Servicio Social) para recoger al día siguiente el “apoyo” que proporciona el programa donde realicé mi labor. Ya lo he pensado bien y mediré mis gastos porque soy de los que complacen con cosas pero no chucherías u objetos que no sirven para nada sino en cosas útiles, por ejemplo, la vez pasada con mi beca para ser preciso en diciembre de 2010 regalé más ropas que nada, eso me hace sentir bien porque complementa lo que ya se tiene pero esta vez creo que será diferente. La edad que tengo no me permite darme esos pequeños gustitos o detalles conmigo porque debo pensar ya en ahorrar para cualquier cosa como emergencias o cosas relevantes. Por lo pronto, sé y comparto con el lector, que mis intereses ya los tengo en la mesa la cuestión ahora consiste en hacer lo posible para conseguirlos de igual manera mis metas a corto y mediano plazo...chic!
